"Me gustan las políticas de Ayuso, me parecen buenas para la Comunidad de Madrid", facha. "Creo que Lobato tiene buenas propuestas para salud mental", sanchista. "Hay una crisis migratoria que se está llevando por delante incluso a los propios migrantes", xenófoba. "No digo que se intervenga el mercado, pero sí se debería aplicar alguna medida, porque los precios siguen subiendo y nadie lo regula", progre comunista.
Esto es lo que estamos construyendo entre todos, una sociedad marcada por lo que otros dicen que somos, gente atada a títulos y calificativos por mostrar una opinión sobre temas que le atañen de primera mano. ¿Desde cuándo mostrarte afín a ciertos planteamientos, no hablo ni de partidos políticos, te define como persona? ¿En qué momento hemos dejado que algo que comenzó como un reparto de zascas entre políticos calase tanto en la ciudadanía? ¿Quiénes somos, qué somos, a quiénes estamos tomando como referentes?
La Comunidad de Madrid ha vivido el Debate del Estado de la Región entre la tensión que se respira en el panorama nacional, desencuentros y propuestas, muchas propuestas. Una vez terminado, os puedo decir que comparto programas con casi todas las formaciones políticas, y no me tengo que casar con ninguna.
Es verdad que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso está impulsando la región, y no lo digo solo porque "mucha gente viene a vivir aquí", ese argumento está un tanto desgastado, lo digo como madrileña nacida en otra autonomía y con familiares repartidos por el país. Si bien es cierto que mal de muchos, consuelo de tontos, también lo es que el despegue de la capital en los últimos años ha sido impresionante, incluso para los jóvenes, esos de los que tanto hablan y tan poco suelen escuchar, y digo suelen, no quiero herir sensibilidades.
Empiezo por algo básico, mientras otras regiones no tienen planes de vivienda para jóvenes, rebajas en el transporte, un abono joven, eso sí, necesito que me expliquen qué cambia de los 25 a los 26 años para que ese sea el límite de edad, yo sigo teniendo todo donde lo tenía. También están los programas de empleo, empleo joven, ayudas a la maternidad y un largo etcétera. Todo ello en Madrid, sí.
Hay una frase que pronunció la propia presidenta durante su discurso que, sinceramente, me dio esperanza, no porque tenga confianza ciega en que sea así, sino porque tener esa mirada ya dice mucho de una persona: "La libertad, la vida y la familia son nuestro motor". La familia, ese grupo social que, a mi juicio, es el pilar sobre el que se ha podido construir todo; un concepto que, per se, implica unidad, respeto y colaboración para prosperar, y a la que cada vez se daña más, se la fulmina, se la ahoga y se la intenta destruir. Ayuso, con esa frase, me has ganado un poquito.
Eso sí, ahora te pido, como madrileña y como persona que pertenece a una, que nos cuides, y no me refiero a que nos regales nada, no deberíamos necesitarlo, sino que, simplemente, apruebes medidas que nos ayuden a respirar. Está muy bien que anuncies grandes paquetes de subvenciones, pero la burocracia para acceder a ellas y, por lo tanto, el tiempo de espera hasta recibirlas nos llevan al punto de partida, es decir, a nada. Conozco a muchas personas que han desistido en el intento de pedirlas.
También es una idea fantástica que fomentes la natalidad, pero ayúdanos a poder construir un hogar, porque no nos podemos mantener ni a nosotras mismas. Está muy bien que defiendas al hombre y a la mujer por igual, dos personas que conviven en una misma sociedad, y que quieras abrir un Centro de Atención a hombres víctimas de violencia de género, pero estaría mejor que en los colegios cuidaras quién da clase a los menores, quién da charlas, quién tiene acceso a su educación y a su conciencia.
Por cierto, Rocío, claro que la educación es fundamental, y que la jornada partida, si te paras a pensarlo, puede favorecer a aquellos padres y madres que trabajan mañanas y tardes, familias monoparentales que ojalá pudieran tener flexibilidad de horarios, o dinero para pagar extraescolares o incluso a alguien que pudiera atender a sus hijos e hijas mientras ellos y ellas están fuera. Sin embargo, cuidado con ese adoctrinamiento que nos intentas colar. Enseñar a mis hijos sobre la igualdad, dejarles que se expresen con su ropa, permitirles recibir charlas de afectividad sexual para que entiendan la maravilla que guardan en su cuerpo, me parece una pequeña solución al caos que estamos viviendo ahora.
Juan, te toca a ti. Gracias por tomarte varios minutos para hablar de salud mental y hacer una propuesta que permita a las familias madrileñas acceder a los recursos públicos. Si el Gobierno regional decidiera tenderte la mano, que no lo ha hecho, estarían ganando en confianza, por lo menos para mí. Darían un paso al frente aceptando proyectos de la oposición que, a priori, parecen ser coherentes. Eso sí que sería poner a la persona en el centro, independientemente de que la propuesta venga de otro color político. Menuda utopía.
Manuela, comparto contigo que las medidas en vivienda deberían ir un poco más allá. A pesar de la variedad de propuestas que ya se han puesto en marcha en Madrid, los precios de la vivienda siguen sin ser asumibles por un sueldo medio. Ahora, cobrar 2.000 euros es un milagro, imaginaros entonces pagar un alquiler cuando la media está en 1.054 euros, ¿cuánto dinero tenemos que invertir en vivir? Sin embargo, regular el precio del mercado, meter la mano en ese berenjenal puede provocar varias consecuencias, y eso que no soy experta en esta materia. Enseguida podríamos ver cómo el miedo de los propietarios crece por momentos, por lo que dejan de alquilar sus viviendas y baja la oferta. La demanda sigue subiendo y se convierte en inasumible, por lo que volvemos a lo mismo, suben de nuevo los precios. Es como la pescadilla que se muerde la cola, solo que, en esta ocasión, nos jugamos mucho.
Así que nada, ahora tenemos otro año por delante en el que vosotros decidís qué huella queréis dejar en nosotros. Un año en el que podéis contribuir a dejar de estigmatizar a las personas por sus opiniones. Superemos el "sanchismo", "fascismo", "nazismo", según las opiniones de la gente en cuanto a vuestra gestión, y empecemos a aterrizar las ideas a la realidad. Dentro de tres años os toca a vosotros rendir cuentas.