Que el tiempo pasa volando es un hecho. Que el tiempo todo lo cura, también; pero parece que el no balón de oro Vinicius sigue dejando heridas abiertas.
Permitidme que no entre a valorar si el brasileño merecía o no el galardón. Me tengo que quedar con las declaraciones del Presidente del Real Madrid que ya han dado la vuelta al mundo. Florentino Pérez durante la Asamblea Anual del club sacó a relucir la gala del Balón de Oro y vaya si habló. Muy desafortunadamente, para ser exactos.
El presi justificó la ausencia del club blanco por desavenencias con la FIFA en el procedimiento de voto. Hasta ahí ninguna pega, pero sí después señalas que Vinicius no se ha llevado el Balón de Oro porque -citó literalmente- "han participado periodistas a los que no conoce nadie y de países de menos de un millón de habitantes". Apaga y vámonos. Porque claro… ¡cómo alguien que no vota por el Real Madrid va a tener una opinión respetable!
Esos periodistas a los que aludía Florentino eran de Finlandia, Albania, Uganda y Namibia. Cuatro países que para el padre del Real Madrid no tenían criterio ni capacidad para participar, o eso dejan entrever sus declaraciones. Reducir la aceptación de una opinión a la extensión de un país cuando menos es racista. Qué van a saber en Namibia de fútbol, ¿verdad?
Declaraciones como estas hacen que mis alarmas salten como un resorte. ¿De verdad los periodistas tenemos que ver pisoteada nuestra opinión solo porque un gigante empresarial estipula el sentir general? Si queríais una imagen transparente, está empezando a sonar la banda sonora de El Padrino.
Si el razonamiento de Florentino sigue la línea de ‘solo vale las opiniones de periodistas reconocidos’, ¿qué queda de las manos inocentes de los sorteos? A mi, como persona externa a esta situación, me daría más seguridad una persona sin una reputación que mantener. El que mucho abarca, poco aprieta y lo digo también para los bolsillos de algunos que dicen llamarse periodistas.