Querida Presidenta, Ayuso, querido Gabilondo, Ángel, os deseo una buena campaña, os deseo que sepáis moderar el discurso, que no seáis broncos, toscos, que para eso ya están otros. Os deseo fuerza y luz en el camino, para no tropezar, os deseo de verdad lo mejor, porque sé que, si vosotros lo hacéis bien, nos irá bien a todos.
Os lo deseo a los dos porque representáis a la mayoría de los madrileños, representáis a las muchas “de” mujeres y trabajadores de esta preciosa comunidad autónoma. Os conozco a los dos y puedo decir de ambos que sois inteligentes y buenas personas, que la sensación que dais es que sois comprometidos cada uno con vuestros ideales, que os acercan más posturas de las que os separan y que si no fuese por vuestros mayores, seguro que habría un mucho mejor entendimiento.
Madrid no es una comunidad cualquiera, por aquí vienen personas de todos los lugares y geografías. No ha sido fácil gestionar el COVID, las restricciones, los problemas económicos. No ha sido fácil ver como desde la política vosotros mismos os tiráis piedras a las instituciones. Una vez más os pido moderación. Necesitamos gobiernos fuertes, que representen a la mayoría de los ciudadanos, es imposible pensar que estéis tan lejos que no podías entenderos.
No es posible entender que no hagáis el soberano esfuerzo de entenderos.
DE GOBERNAR para una inmensa mayoría de madrileños que agradeceremos de verdad que acabéis con esta gresca tan sumamente absurda y os remanguéis las manguitas y cojáis la azada. Nos toca construir de nuevo una economía maltrecha, con un montón de gente en el paro, con unas estructuras débiles y unas empresa y trabajadores acongojados.
Nos toca a todas no rendirnos en el camino, y exigiros que la mejor forma de ayudar a nuestra comunidad es con un gobierno de amplio consenso… ósea de muchos, ósea de vosotros dos, cada uno asumiendo sus verdaderos apoyos y tendiendo la mano a quien decidan las urnas que debe ser el primero del trineo. Pero de verdad, en esta ocasión, es necesario que estéis los dos dispuestos a ser ejemplo, a tirar uno detrás del otro, a que todas las personas a las que representéis podamos trabajar y mucho, en la reconstrucción de nuestra forma de vida. Esto ya casi no es un deseo, es una obligación, moral.