Caduco del latín caducus que significa caer. Se entiende por tanto como la pérdida de eficacia, agotamiento, desgaste. Solidaridad referido a la unión circunstancial a una causa o a la empresa de otros. Ambas son definiciones extraídas de la RAE, pero en ningún lado se exponen como sinónimos. Entonces, ¿por qué tendemos a dejar morir las causas solidarias?
Termina el verano y parece que volvemos a recordar lo importante. Asentamos la cabeza, volvemos a la rutina y dejamos de observarnos el ombligo para percibir el mundo. Un mundo que sigue su curso con miles de vidas que no se detienen ni entienden de vacaciones.
Volvemos a nuestro día a día, a nuestro devenir particular y entones brotan las ganas de ser mejores. Como si de los propósitos de año nuevo se tratase, septiembre llena sus semanas con fechas solidarias: el día internacional de las personas mayores, la semana de la movilidad… pero, ¿y el resto del año? ¿La solidaridad se ha convertido en un accesorio de temporada?
Parece que actuamos como si los problemas del mundo se pudieran aplazar o, peor aún, resolver con un gesto puntual. La realidad es que las causas solidarias se desvanecen con la misma rapidez con la que se apagan las luces y retomamos la normalidad. Nos envuelve la falsa creencia de que, con haber participado en un evento solidario, hemos hecho nuestra parte. Pero, ¿es esto suficiente?
Vemos carreras benéficas, torneos solidarios o maratones para recaudar fondos, pero una vez terminado el evento, ¿qué queda? Hemos confundido la solidaridad con la caridad ocasional. No se trata solo de donar o participar en una actividad cada cierto tiempo, sino de crear una cultura solidaria que sea constante y activa.
Ayudémonos del deporte que tiene la capacidad de convertirse en un motor de transformación social. Para ello os necesitamos a vosotros, instituciones. Menos fotos y más ayudas, visibilidad e investigación. Detrás de los Días Internacionales hay personas.