Todos sabíamos que el mandato de Donald Trump iba a ser polémico e iba a generar muchas críticas, además de muchos apoyos (aunque esto muchas personas no lo entendamos), pero lo que a mí me costaba ver, en su momento, es que pudiera hacer tanto daño a los derechos humanos. En este caso, que pueda cambiar con una sola firma la vida de muchas personas estadounidenses, la vida de muchas personas trans.
Ni en mis peores pesadillas podía imaginarme que las personas trans en Estados Unidos pudieran llegar a ser tan repudiadas por un Presidente del Gobierno, que impusiera su pensamiento retrógrado por encima de sus derechos. Nunca pensé que un día me iba a meter a mis redes sociales e iba a ver un vídeo de la actriz Hunter Schafer (Euphoria) explicando que es la primera vez que le ponían género masculino en su pasaporte y no su género real que es el femenino.
Aunque ella no quiso dar pena o recibir consuelo, cuesta no hacerlo, ver tales injusticias nos hace querer luchar y gritar más alto que las personas trans importan. Un Gobierno como el de Donald Trump no puede joder (hablando en plata) la vida de tantas personas, aunque se limiten a decir que “solamente” representan un 1%. Como si tan solo fuera el 0,2% de la población estadounidense, no puedes jugar así con la vida de las personas, ni con sus derechos.
Toda la razón tenía la actriz americana cuando dijo que “las personas trans son hermosas. Nunca dejaremos de existir. Yo nunca dejaré de ser trans. Una carta y un pasaporte no pueden cambiar eso. Y a la mierda con esta administración”.
No podemos apartar la mirada solamente porque no seamos personas transgénero o no conozcamos a alguna persona trans. No debemos dejar que una de sus primeras acciones realizadas desde que juró cargo como presidente sea publicar una guía que utiliza el sexo asignado al nacer para determinar los marcadores de género en los pasaportes recientemente emitidos.
Para Donald Trump solamente hay dos géneros que son inmutables y le da igual lo que eso pueda perjudicar en sus ciudadanos. ¿Qué pasa con la persona trans que quiera alistarse en el ejército? Pues al presidente de los Estados Unidos le da igual porque lo ha prohibido. No solo les quita derechos, sino que les prohíbe poder trabajar en ciertas áreas, ni hablar en el aspecto deportivo, ni las prisiones federales.
Por mucho que las escondas, las personas trans siguen viviendo, por mucho que las critiques, las personas trans siguen resistiendo, por mucho que las martirices, las personas trans siguen luchando, porque sus vidas importan, porque no son invisibles.