El último informe del Observatorio para la Libertad Religiosa puede ponernos los pelos de punta. Mientras tenemos un país que se autoproclama líder en materia de derechos y libertades, los creyentes sufren cada vez más persecución, registrándose incluso un asesinato por creencias religiosas en Algeciras, Cádiz, en el año 2023. La propia entidad reconoció que, en más de diez años, jamás habían presenciado un acto así. Si nos llevaos las manos a la cabeza con cualquier otro tipo de homicidios, ¿por qué con este no? ¿Qué le mueve a nuestro Gobierno para querer aprobar una ley que desproteja a este colectivo muy perseguido también en otros países?
Todos estamos de acuerdo con que España es un país aconfesional, como recoge el Artículo 16.3 de la Constitución Española, donde "ninguna confesión tendrá carácter estatal". No obstante, el texto también explica que "los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española". Una encuesta del CIS realizada en 2024 refleja que, al menos, un 58,4% de los encuestados se identificaban como creyentes y, en 2022, la cifra de aquellos que se consideraban religiosos ascendía al 60% de la población. Entonces, ¿a quién va dirigido el decreto que quiere aprobar el PSOE para cargarse el delito de ofensas al sentimiento religioso? ¿A qué sector de la población necesitan satisfacer?
A pesar del amparo que nos da la Constitución y las propias cifras, el PSOE ha dado un paso al frente y presentará en el Congreso de los Diputados una proposición de ley para tumbar el delito que he mencionado. Ahora, las muestras de odio hacia aquellos que profesen sus creencias e incluso hacia esas creencias, no van a estar penadas. Vamos, ha dejado a una gran parte de la población desprotegida ante posibles actos violentos, vejatorios y discriminatorios. ¿El Estado no debe ser garante de la libertad y el respeto de todos los ciudadanos?
Volviendo al informe del Observatorio, los delitos de odio contra personas que profesan alguna creencia en España han aumentado. Sin ir más lejos, los ataques a los judíos han crecido un 600%. Tres de cada cuatro ataques contra las creencias se producen hacia los cristianos, y más de la mitad de los mismos afectan a los católicos. Entonces, ¿por qué el Estado nos desprotege? ¿Por qué considera este delito como algo inútil, anticuado y alejado de la realidad? Patxi López, esbirro de Pedro Sánchez, aseguró que apenas se recogían denuncias de este tipo. Y es que claro, un asesinato, las palizas, el vandalismo en iglesias y belenes constante parecen no ser suficientes para el socialista.
Si bien es cierto que la bomba saltó cuando la influencer Lalachus sacó a relucir ante las cámaras de RTVE una imagen del Sagrado Corazón de Jesús con la cabeza del toro de GrandPrix, y varias organizaciones consideradas como "ultras" decidieron emprender acciones legales contra esa burla. Parece que el PSOE ya estaba orquestando su maniobra para, simulando una defensa hacia su esbirra, volver a señalar a un colectivo ya per sé bastante machacado y, de paso, aprovechar la división para colar otra de sus medidas.
Sin embargo, esta vez no les ha salido la jugada redonda. Con esta decisión, el PSOE da la espalda a una parte representativa de la sociedad española, ha cerrado la puerta a aquellos que queremos profesar nuestra religión de manera libre, sin miedo a que me peguen, me insulten o se burlen en cualquier escenario, incluso en la misma televisión pública. Y esto no ha pasado desapercibido.
Organizaciones, asociaciones y grupos que no están adscritos a ninguna entidad se han unido para preguntar al Estado el motivo de su persecución y señalamiento constantes. ¿Por qué creáis leyes para defender a unos colectivos y creáis otras para desproteger a otros? ¿Odiáis a los creyentes? ¿Estáis cayendo en eso que tanto criticáis, en el odio a la pluralidad? Ojalá abramos los ojos a la verdad y nos demos cuenta de que sois vosotros, socialistas de fachada, los que nos queréis esclavos, atados a vuestra ideología simplista, al odio, al rencor y al vacío.