En un artículo publicado en un periódico francés, Emile Zola reivindicaba la inocencia de un militar llamado Dreyfus, bajo el mismo título que utilizo yo en el día de hoy. Su tema no tiene nada que ver con el mío y la acusación era contra los que habían dictado sentencia. Estuvo 60 días en prisión por ello. Espero no me ocurra a mi lo mismo. Estamos en una Sociedad donde cada día hay un motivo para denunciar a los que ostentan el Poder y a los que aspiran a ostentarlo. La lista está en la mente de todos y de ella quiero destacar las perlas ofrecidas cuando se refieren a nosotros los Mayores como las del gobernador del Banco de España, un tal Linde (“la vivienda propiedad de los jubilados hay que considerarla parte de la renta. Que la vendan y tendrán recursos”) y del conocido Iglesias (“los viejos son una mierda”). En un País donde la libertad de expresión es sinónimo de robo, asesinato y destrucción de la más ínfima moral, tienen su lógica frases como estas. Yo acuso a quienes desean que los Mayores de 65 años desaparezcan con métodos sabidos como la eutanasia y el asalto y asesinato, vía pandemia, de las Residencias de Mayores. La estadística dice que de la población mundial cifrada en 7.800 millones dice que los Mayores de 65 años solo somos un 8%. Si tienes casa, comes, bebes agua limpia, tienes teléfono móvil, puedes navegar por Internet y fuiste a la Universidad estás en la categoría del 7% de la población total del mundo. Por tanto la conclusión es fácil debemos estar agradecidos…

Por tanto, las acusaciones a quienes nos atacan no tienen otro sentido que rebajar los porcentajes indicados en un alarde de falta de la más mínima entidad de sus conciencias (si la tienen). Como he dicho estamos en una Sociedad -al menos la española- donde es necesario acusar y condenar (sólo por parte de los Jueces que se lo toman en serio y no están vinculados a ideologías que mandan en sus decisiones) a quienes nos toman a los Mayores como objetivo de sus más bajos instintos. Muchos de ellos no llegarán a nuestro dorado 7% porque su lengua y acción ponzoñosa les envenenarán antes.

Yo acuso como Emile Zola a quienes, por su absoluta falta de moral, falta de conciencia, de primar su egoísmo sobre todas las cosas, en suma de maldad, en las instancias nacional, autonómica y municipal, sea en el gobierno, sea en la oposición y recojo lo más sublime de una oración, conocida por los creyentes que dice “como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Como dijo el ilustre Enrique Mújica con motivo del asesinato de su hermano “No olvido, ni perdono”. Nosotros tratamos de perdonar, pero no olvidamos.

Hasta que la estadística se cumpla en mi persona, estaré al lado de los que, como yo, acusan y exigen de quien sea, actúe en favor de los que más lo necesitamos.