El Consejo de Administración del Consorcio Regional de Transportes de Madrid acaba de anunciar que va a someter a información pública el nuevo mapa concesional para la renovación de las líneas de sus autobuses interurbanos. A partir del 10 de julio se podrá consultar el nuevo mapa propuesto por la Comunidad en el que se definen las líneas, trayectos, horarios... de las 472 líneas que darán cobertura al 98% de la población madrileña. Se trata de un megacontrato, uno de los más importantes de Europa en esta materia, que supone una inversión de 7.000 millones de euros.
Estamos hablando de un medio de transporte que, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, es el utilizado en el 53% de los trayectos interurbanos en España. Y es una importante y herramienta de cohesión social y territorial de una región, por su relevancia para la movilidad de los usuarios. En Madrid estos servicios son utilizados por casi 300 millones de usuarios.
A pesar de que la coyuntura política no es la más adecuada para el acuerdo, no se me ocurre una materia mejor para que los partidos políticos madrileños que nos representan se sienten para llegar a un acuerdo que sea beneficioso para los ciudadanos. Estamos hablando de una materia, la del transporte público, que no parece que tenga una visión progresista o conservadora del asunto por lo que podríamos aparcar la batalla ideológica. Y, por su importancia, estamos ante una cuestión que repercute de manera intensa en la vida diaria de todos los madrileños.
Las primeras voces a las que hay que escuchar aquí son las de los municipios pequeños. En Madrid tenemos alrededor de 140 pueblos, de los 179 totales, que cuentan con una población de menos de 20.000 habitantes. Esos ciudadanos tienen tanto derecho como los de los municipios grandes de tener servicios de calidad. No solo porque es de justicia sino porque también es una forma de luchar contra la despoblación. Y de atraer nuevos vecinos a unos pueblos que si no lo remediamos irán apagándose poco a poco.
Seguro que los alcaldes, sin distinción de siglas o partidos, estarían encantados que se pudiera atender las reclamaciones de sus vecinos y vecinas en esta materia. La llegada de una buena red de autobuses a todos los municipios les abriría un horizonte de progreso que ahora no tienen. Y se convertiría a estos municipios en lugares atrayentes para que los jóvenes puedan comprarse su primera vivienda y establecerse en el territorio de la denominada España vaciada. Seguro que aquí hay sitio para inmuebles a precios asequibles.
Tampoco está de más que se escuche a la oposición porque también tiene cosas que decir y puede aportar buenas ideas que habría que tener en consideración. Hace meses que Juan Lobato presentó un magnífico programa de creación de red de autobuses eléctricos, con carriles reservados para ellos, y que conectaran trasversalmente, sin pasar por Madrid, los 29 municipios de más de 20.000 habitantes de la corona metropolitana de Madrid. Ahora sería una buena oportunidad para implementar esta medida o una parecida.
Señores políticos, demuestren por una vez que su trabajo es algo más que insultarse en la Asamblea de Madrid, grabarse videos criticando al adversario o repetir argumentarios que les pasan sus partidos. Como se suele decir, la ciudadanía les está esperando.