Llevamos mucho tiempo hablando de la necesidad de una Parla más verde. De la falta de mantenimiento de nuestros jardines, del deterioro de nuestros parques, de la tala indiscriminada de nuestros árboles. Los últimos años han sido implacables con nuestro medio ambiente, bien por la dejadez de nuestros gobernantes, bien por la destrucción que nos trajo la borrasca Filomena. Pero no podíamos seguir así.
Acabamos de terminar un año en el que, por fin, hemos realizado un cambio de rumbo necesario. Del abandono a la preocupación, de las palabras a los hechos, del cemento a la sostenibilidad. En 2021, como decía, hemos dado pasitos, silenciosos, pero fundamentales.
El primero, la reforestación del Arroyo Humanejos. El nuevo pulmón de Parla, y una auténtica joya por descubrir. Con el trabajo y la participación de centros escolares, el Centro Ocupacional, programas de fomento de empleo y cientos de familias enteras, hemos convertido una escombrera en un bosque, con más de 30.000 árboles plantados hasta la fecha. No lo decimos por decir, lo dice la Federación Española de Municipios y Provincias, que nos ha otorgado el premio “Soluciones basadas en la naturaleza”, concedido al mejor proyecto anual a nivel estatal. Para sacar pecho, oye.
Después de muchos años, nuestra ciudad está cogiendo un color verde especial
El segundo, sembrar las semillas que nos permitirán florecer por fin. Por un lado, con la inauguración del primer invernadero de nuestra ciudad, una inversión que nos permitirá autosurtirnos de árboles y flores que repueblen nuestras calles. Por otro lado, con la inversión de más de un millón de euros al año en nuestro nuevo contrato de Infraestructura Verde Urbana. Porque lo difícil no es plantar un árbol, es mantenerlo con vitalidad.
Y así, hemos comenzado 2.022, por primera vez con la ilusión de ver una ciudad verde: 2.022, el año en el que los árboles volverán a cubrir las calles de Parla. En total, más de 1.000 árboles nuevos ocuparán nuestros alcorques, interbloques, parques y jardines. Más de 1.000 árboles de especies autóctonas, resistentes a nuestro clima, que ya están siendo plantados. Porque esta vez, vienen para quedarse.
Pero no es solo una cuestión de “plantar árboles”. Después de muchos años, nuestra ciudad está cogiendo un color verde especial. De repente, sin darnos cuenta, primero aquí, luego allá, nuestras calles comienzan a tener plantas y las jardineras vuelven a tener flor. No es casualidad que, ahora, hasta volvemos a escuchar el canto de los pájaros.
Porque este 2.022, volvemos a tener una ciudad verde y sostenible, con árboles y llena de vida. Una ciudad por la que poder disfrutar de un paseo o de una tarde en un parque. Porque estamos demostrando que Otra Parla es Posible.
Javier Rodríguez Ramírez
Concejal de Juventud, Deportes,
Medio Ambiente, Parques y Jardines