Una vez invertidos en la planta, no van a quedar recursos para impulsar medidas de prevención y reducción de residuos
La Mancomunidad, como es habitual, ha optado por la fijación en Pinto de una tecnología sofisticada y cara. Todo lo contrario del modelo que desde la Plataforma proponen, un modelo eficaz y sostenible. Creemos que es posible emplear procedimientos simples con alternativas menos costosas, manejables y accesibles a la población, distribuidas de acuerdo al principio de cercanía y autosuficiencia, como establece la Ley de Residuos.
La Plataforma se pregunta: “¿Por qué no hacer las plantas más pequeñas y distribuirlas por proximidad para reducir su impacto ambiental? ¿Por qué esa obsesión en castigar a Pinto con cada vez más grandes e insostenibles instalaciones de residuos que prolongarán el vertedero durante décadas?”.
"La Mancomunidad va a despilfarrar más de 200 millones de euros en construir una planta de TMB, cuando la experiencia de cientos de dichas plantas existentes por toda Europa nos dice a las claras que es tirar el dinero. Eso sí, las empresas privadas constructoras, y casi siempre gestoras de esas plantas, se llenarán los bolsillos, ya que cobrarán, como hasta ahora, por tonelada que entra y no por su tratamiento", expresan en la nota de prensa.
Todas las plantas TMB tienen un bajísimo rendimiento en la reutilización y reciclaje de inertes -en torno al 5% en promedio-, y es prácticamente nulo el rendimiento en el uso de la Materia Orgánica digerida. Una planta de este tipo no es aceptable solo por sus afecciones ambientales como los malos olores, sino por su baja tasa de recuperación de recursos. Además, es una tecnología abocada al fracaso.
La Directiva Marco 2020, la cual fija nuevos objetivos para apoyar el reciclaje y la economía circular, fija que en 2027 el producto que saldrá de esta planta en un 95% (el bioestabilizado) dejará de computar a efectos de reciclaje, y esta monstruosa planta nos abocará a multas millonarias.
Además, la Plataforma teme “que una vez invertidos en la planta esos más de 200 millones de euros, no van a quedar recursos para impulsar medidas de prevención y reducción de residuos, soluciones locales de reciclaje de la Materia Orgánica, sistemas de reutilización, entre ellos el sistema de depósito devolución y retorno para envases”.
Por ello, exigen a la Mancomunidad del Sur que trabaje por cumplir los principios básicos de las leyes y directivas sobre residuos:
- Tasas por generación (quien contamina, paga).
- Separación selectiva en origen y poniendo especial hincapié en los grandes generadores de residuos.
- Prioridad en la obtención de compost de la materia orgánica o biorresiduos. Son la fracción más numerosa de los residuos (entre el 40-45% del total) y su compostaje, fácil y económico, aporta grandes beneficios a los suelos de cultivo.
- Tratamientos descentralizados con autosuficiencia y simplicidad técnica, flexibles ante posibles cambios y abiertos a la participación de la ciudadanía, priorizando la proximidad entre generación y tratamiento.
Finalmente, han indicado que "Por coherencia económica y medioambiental, por sostenibilidad, porque queremos avanzar en la economía circular y frenar el cambio climático, rechazamos la planta mecánico-biológica en Pinto e invitamos a toda la ciudadanía a sumarse a esta concentración".