El anochecer del 31 de octubre la Confesión Religiosa Wicca, Tradición Celtíbera, en colaboración con el Ayuntamiento de Pinto, celebra la Festividad de Anmunobia (Samhain) -origen del actual Halloween- a partir de las 19:00 h.
El acto comienza con la comitiva de la imagen de la diosa Ataecina desde la C/ Hospital hasta la Plaza de la Constitución, donde tendrá lugar la ceremonia que honra a los difuntos, ancestros y antepasados para que se facilite su tránsito. También se conmemorará todo aquello que de positivo ha llegado a nuestras vidas durante el año.
Durante el breve trayecto hasta la plaza del Ayuntamiento, los asistentes podrán entregar pequeñas ofrendas a la diosa (un dulce, una flor, un deseo escrito) que se enterrarán posteriormente esa noche. A continuación, se dará inicio al ritual. Al final del mismo, se repartirán ramas de hiedra consagradas para poder llevar a nuestros hogares, con el fin de que nos proteja durante el año.
Fiesta de Halloween
Además, en la Plaza de la Constitución, a partir de las 20:00 horas, habrá una Fiesta de Halloween, con el grupo de teatro de calle Alquimia. Se sugiere a los adultos vestir de negro durante el ritual y a las niñas y niños con sus disfraces para disfrutar de la fiesta posterior.
En Pinto vamos a vivir la fiesta celtíbera ancestral reconstruida.
Origen ancestral
El Halloween es una fiesta celta que los irlandeses llevaron a América, donde fue cambiando: primero cristianizándose, pasó a llamarse, Día de Todos los Santos y, por otro lado, se convirtió en algo sombrío y gótico como es la actual celebración de Halloween.
En Pinto vamos a vivir la fiesta celtíbera ancestral reconstruida. En origen se conmemoraba la víspera del primero de noviembre, cuando se acaban las cosechas (fin de la Tierra). Según esas creencias, durante los tres siguientes días, las puertas entre los mundos se abren y por ellas podemos comunicarnos con nuestros ausentes, aquellos familiares queridos, que ahora pueden volver a sus hogares.
El rito consiste en llevara en procesión a la "Diosa Ataecina", una diosa venerada en la Península Ibérica, diosa de la tierra, diosa de la Puerta. Ella se encarga de traer a la tierra a las almas de nos niños, y se lleva las almas de los que se van de nuestro lado, de los que enterramos en su útero. El rito consiste en dar apertura a aquellos seres queridos que se fueron y que en estos tres días puede volver a sus hogares.