Siete días y siete noches es lo que duraron los olores nauseabundos provenientes de los lodos de aguas residuales vertidos por la depuradora situada en la finca San Félix, a escasos 3 kilómetros del casco urbano de Pinto, hace unas semanas.
Los vecinos se movilizaron en las redes sociales, por tercer año consecutivo, quejándose de la situación y Ecologistas en Acción se trasladó al lugar, encontrándose con 50 hectáreas de campos impregnados de lodos, residuos que se estaban esparciendo en terrenos de Reserva Natural, del Parque Regional del Sureste, una zona en la que no está permitido, explica la confederación.
“Al atardecer venía un olor muy nauseabundo, como de alcantarilla, cieno o como si pasases por una depuradora”, describe Javier, un vecino de Pinto, que asegura a Soyde que llevan sufriendo esta situación desde el 2018.
Ante las numerosas quejas de los vecinos, la concejala de Medioambiente del Ayuntamiento de Pinto, Flor Reguilón Aguado, publicó en Facebook un mensaje en el que explicaba que los fuertes olores eran el resultado de la aplicación de abono natural, lodos que provienen de las aguas residuales “para fertilizar y para la producción de cereales que al final acaban llegando a nuestras mesas”.
Además, Reguilón asegura que siempre piden la documentación para llevar a cabo esta acción y “la policía va y vigila que se haga la aplicación correcta en los campos”. “Lo están mezclando con la tierra para evitar que haya en la superficie la menor cantidad de abono posible”, garantiza la concejala.
“Esta aplicación se hace todos los años, varias veces, y solo cuando coincide que viene el viento, es cuando la población siente ese olor, pero esto es una solución natural”, defiende Reguilón, a la vez que subraya los beneficios de este proceso que “a la larga es mucho mejor que la aplicación de fertilizantes químicos sobre las tierras que acabarían siendo mucho más perjudicial para la salud”.
Una respuesta que no es suficiente para vecinos como Javier. “Una cosa es que esté permitido y otra que cause un perjuicio a una población de 50 mil habitantes”, critica.
“Una cosa es que esté permitido y otra que cause un perjuicio a una población de 50 mil habitantes”
Para Ecologistas en Acción tampoco es una respuesta aceptable. El portavoz del grupo de Pinto, uno de los 300 que conforman la confederación, Miguel Ángel García, explica en una entrevista para este medio, que el vertido de estos lodos no solo está afectando a Pinto, sino que se extiende a Getafe, la zona de los Molinos y Valdemoro, sumando más de 200.000 vecinos.
“La concejalía de Medioambiente miente y dice que nos aguantemos”, sostiene García y añade que “el Ayuntamiento sabe que esos lodos son ilegales”.
Los residuos están siendo esparcidos en terrenos de zonificación B, de Reserva Natural, del Parque Regional del Sureste, explica la confederación. Sin embargo, el Plan de Ordenación de Recursos Naturales del espacio protegido “es tajante, tan sólo se pueden verter estos residuos en zonas D o E, nunca en las de mayor nivel de protección”, como es el caso de las zonas de olivar y cereales de Pinto, donde se asientan poblaciones de avutarda, enclaves de interés en razón de su valor como hábitat de especies de gran valor y relevancia paisajística local, apuntan.
Por el momento, Ecologistas en Acción ha denunciado los hechos al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil y estos han abierto una investigación.
Asimismo, se ha iniciado una campaña de información y movilización en las calles “contra este atentado ecológico y por la calidad de vida de los habitantes de Pinto y Getafe”. “La gente está cabreadísima”, concluye el portavoz de Ecologistas en Acción.