La alcaldesa de Pozuelo, Susana Pérez Quislant, ha pasado de tildar de “esenciales” los test de anticuerpos de coronavirus a considerar que hacerlos “no aportarían los datos necesarios”. Su cambio de criterio ha caído como un jarro de agua fría en el municipio que llevaba semanas a la expectativa de que el Gobierno municipal desplegase un dispositivo como el de Torrejón de Ardoz.
El Ayuntamiento de Pozuelo aseguró a finales de mayo que se encontraba en conversaciones con la Comunidad de Madrid para poder acometer el estudio serológico a los 86.000 vecinos de la localidad. “Estamos deseando que la Consejería de Sanidad nos diga cómo quiere que hagamos los test de Pozuelo de Alarcón” en relación al procedimiento a seguir. Quislant consideraba entonces que “va a ser el dinero mejor invertido debido a la enorme preocupación, el interés general y la necesidad fundamental de conocer nuestro estado de salud”.
La regidora, en un alarde de euforia, llegó a admitir que “estamos preparados” para realizar los test, una herramienta “esencial para una adecuada gestión sanitaria de la pandemia y para poder levantar las medidas de distanciamiento social y reactivar la vida social y económica, sin arriesgarse a posibles rebrotes”.
Ahora, su parecer ha pasado a ser diametralmente opuesto y cuestiona la necesidad de poner en marcha un estudio serológico de esas dimensiones.
Si en otoño hubiera un repunte, que Dios no lo quiera, los haríamos
Donde dije digo…
Mediante un comentario de Facebook, en un post sin relación con el tema y como respuesta a una vecina, la regidora pozuelera aseguró que las ansiadas pruebas “de momento no las vamos a poder hacer”.
“Hemos trabajado durante semanas, pero las circunstancias han cambiado mucho el último mes, y no podríamos ponerlo en marcha hasta muy avanzado el mes de julio y teniendo en cuenta la desescalada, la disminución de contagios y que en pocos días se va a poder salir de la Comunidad de Madrid, muchos vecinos no estarán en Pozuelo. El estudio tiene fines sanitarios y en estas fechas con estas circunstancias no aportarían los datos necesarios. Si en otoño hubiera un repunte, que Dios no lo quiera, los haríamos”, así lo aseguró Susana Pérez Quislant el pasado 10 de junio.
Una cuestión sanitaria de vital importancia que se anunció a bombo y platillo con un comunicado de prensa y que corrió como la pólvora entre los vecinos, no se ha merecido ni un mero comunicado oficial por parte del ayuntamiento.