Montegancedo o Dehesa de Montegancedo es uno de los escasos enclaves que aún no se han urbanizado en Pozuelo de Alarcón. Se localiza al suroeste del municipio, entre la M-40 y las urbanizaciones La Cabaña y Montepríncipe, en Boadilla del Monte. Es un bosque de encinas, alcornoques, coscojas, quejigos y pinos piñoneros, en el que destaca la presencia continuada de rapaces (milano negros, milanos real, águila imperial, buitre negro, azor) todas ellas especies protegidas por la legislación estatal y autonómica. Se trata de un enclave de gran importancia ambiental y ecológica por su función de isla-refugio para la fauna y la flora, al tratarse de un espacio libre, rodeado de viviendas e infraestructuras.
Además de los valores naturales, en Montegancedo, se localizan los restos de los polvorines de Retamares, construcciones militares que durante décadas constituyeron una de las principales reservas de munición y explosivos de la región Centro. La toma del polvorín de Retamares fue uno de los episodios más cruentos de los primeros meses de la Guerra Civil.
Este bosque y su entorno estuvieron protegidos y calificados como sistema general con ordenación de parque natural hasta 2002, fecha en la que se aprobó el actual Plan General de Ordenación Urbana y pasó a reclasificarse como suelo urbano. Así se delimitó el Área de Planeamiento Remitido APR 2.6-02 “UE-2 Montegancedo”, con una superficie de 68 hectáreas. Tras la aprobación del proyecto de reparcelación de este ámbito, en agosto de 2022, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid lo recurrió, incluyendo otros planes aprobados anteriormente que afectaban al mimo ámbito, como el plan parcial y el plan general de ordenación urbana, solo en el ámbito de Montegancedo. El recurso se tramita en los juzgados contencioso-administrativos de Madrid.
A pesar de ello, el consistorio continuó la tramitación para autorizar el inicio obras. Así, el pasado mes de abril, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón aprobó el proyecto de urbanización. Por ello, los propietarios del suelo, las compañías mercantiles Aedas Homes Opco, S. L. U. y Promociones y Construcciones PYC, Pryconsa, S. A. han iniciado su desarrollo para construir 1050 viviendas (900 colectivas y 150 unifamiliares). En la segunda semana del mes de junio, en plena época de cría, la más sensible para la fauna, vallaron el perímetro de Montegancedo y comenzó la tala de decenas encinas y pinos, la eliminación del matorral y movimientos de tierra para crear grandes explanaciones y las futuras calles del complejo de lujo.
Especialmente grave es la destrucción de una charca temporal con varias especies de anfibios protegidos que en esta época se encuentran en diferentes fases de su ciclo de desarrollo (larvaria, subadulta y adulta) y la están utilizando como escombrera y aterrándola.
Ante esta situación, Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid también ha recurrido el proyecto de urbanización y ha solicitado al juzgado, una “medida cautelarísima urgente y positiva de suspensión de la ejecutividad del proyecto de urbanización”. La petición se basa en el riesgo de que se consume un daño irreparable para el medio ambiente y el entorno paisajístico, si no se para el avance imparable de los trabajos y las obras de urbanización; así como en la falta de evaluación ambiental previa, lo que ha impedido la posibilidad de imponer medidas preventivas para minimizar el impacto sobre la fauna protegida presentes en la zona. Ni siquiera se ha contemplado una medida de parón biológico que impida las molestias a la fauna protegida presente en el ámbito durante su más sensible época de reproducción y cría
Ecologistas en Acción lamenta la falta de sensibilidad ambiental del ayuntamiento pozoleño y el desprecio hacia la ciudadanía organizada en la Plataforma Salvemos Montegancedo, que lleva años solicitando la conservación de este enclave único en el municipio. La Plataforma no se resigna y convocó una marcha, el domingo 7 de julio a Montegancedo y después se concentraron ante el Ayuntamiento.