A lo largo de los últimos siglos, han sido muchos los derechos conquistados por las mujeres. Pese a ello, y pese a ser más de la mitad de la humanidad permanecen infrarrepresentadas en todos los espacios, ya sean sociales, políticos, culturales o urbanos.
La defensa de los derechos, la libertad y la seguridad de las mujeres, junto a la implementación de políticas por la igualdad de género son reivindicaciones que a pesar de estar asumidas por la inmensa mayoría de la ciudadanía, requieren de una constancia en su demanda, pues es mucho el trabajo aún por hacer y muchas las desigualdades por superar.
Desde una perspectiva local por supuesto, pero también desde una óptica global, ya que mientras existan desigualdades y violaciones de derechos por el mero hecho de ser mujer, en cualquier lugar del mundo, la lucha por la igualdad estará plenamente justificada.
Aún quedan muchos derechos por conquistar, para que la igualdad de mujeres y hombres trascienda lo formal y sea totalmente real. Son necesarias más políticas que protejan a las mujeres de ser maltratadas o asesinadas por sus parejas o exparejas. Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, el 34,9% de las residentes en nuestra región ha sufrido violencia machista a lo largo de su vida, a parte del escalofriante dato de las 1.082 mujeres asesinadas, en nuestro país, desde 2003.
Es necesario entender que la desigualdad de género afecta negativamente a las mujeres en el mundo laboral. La tasa de desempleo en el 4º trimestre de 2020 fue de un 14,2% entre los hombres y de un 18’3% entre las mujeres. Además de la desigualdad salarial, según datos del Foro Económico Mundial de 2019, el salario medio de las mujeres era un 12,2% más bajo que el de los hombres. De media, según la Encuesta de Estructura Social del INE, de 2018, ellas cobran 5.726 euros menos al año.
Otro tema de especial relevancia es poner fin a todas las formas de violencia sexual contra las mujeres. En España, en 2020, cada mes se han denunciado más de 1.000 agresiones y abusos sexuales y las cifras de violaciones grupales crecen. Es inconcebible que nuestras calles no sean percibidas como lugares seguros por más de la mitad de la población.
Y muchas otras vindicaciones que continúan pendientes, tales como la libertad sexual, el derecho a ser nombradas en femenino, la educación en igualdad y la visibilidad en todos aquellos ámbitos en los que participan y en los que son, en muchas ocasiones, protagonistas silenciosas.
Por estas razones, desde el Grupo Municipal Socialista, buscando visibilizar a las mujeres, también en el callejero de Pozuelo (dónde apenas representan el 21% de los nombres de personas), hemos logrado que se nombre la glorieta que une la Avenida de España y la Avenida de Europa, con el nombre de Emilia Pardo Bazán, como punto de partida para visibilizar a las mujeres en el espacio urbano.