No; las cocinas fantasmas no son aquellas que están poseídas por espíritus, sino aquellas cocinas industriales destinadas a la preparación de comida que será repartida mediante servicios de delivero como Just Eat o Glovo. Son cocinas sin local de restauración, pues ponen a disposición sus menús únicamente con el servicio a domicilio.
Si nunca has oído hablar de este término, a partir de ahora seguro que lo vas a comenzar a escuchar más a menudo, pues es un modelo que se está extendiendo y cuyo encaje legal se está debatiendo en algunos ayuntamientos, como en el de la ciudad de Madrid. Estas cocinas industriales o fantasma ya han aterrizado en Pozuelo, y son un asunto que preocupa a la mayor parte de grupos municipales de nuestra cámara.
Sin embargo fue VOX, en el pasado pleno, el que presentó una moción para tratar de regularizar la presencia de estas cocinas industriales en nuestro municipio. ¿Qué problemas pueden surgir con su proliferación? Pues, si estas se instalan en entornos residenciales pero llevan a cabo una actividad de restauración, se pueden generar problemas de convivencia con el resto de la comunidad a partir de los olores, los humos, la proliferación de vehículos de reparto...
La intención de VOX a la hora de presentar esta moción era precisamente, tal y como lo expresó en varias ocasiones su portavoz Ángel Hernández Pando, la de evitar los posibles problemas de convivencia que puedan surgir de la falta de regulación. Pese a contar con el apoyo del PSOE, un edil de Ciudadanos y la abstención de Somos Pozuelo, la moción que presentó VOX no fue aprobada, frente a la negativa de la mayor parte de los concejales de Ciudadanos y del PP.
Por número de votos, se impuso la tesis del servicio ya regulado por la actual ordenanza
VOX proponía revisar la normativa municipal para determinar la naturaleza y las funcionalidades de los distintos espacios contemplados en el Plan General de Ordenación Urbana, para determinar en qué uso urbanístico podía encajar el modelo de negocio de la cocina fantasma. El concejal no adscrito, Adolfo Andrés Moreno Fraile, calificó esta propuesta como adecuada, y mostró su apoyo desde el primer momento.
La búsqueda de la regulación
Somos Pozuelo, liderado por Patricia Cabal, había presentado una enmienda a la moción para solicitar la suspensión de licencia a este tipo de negocios durante dos años, mientras se desarrolla el marco normativo. La concejal argumentó que este espacio de tiempo sería suficiente para regularizar la situación de estos negocios y evitar que pueda haber empresas que se puedan aprovechar de este vacío legal. Cabal, además, afirmó que se están dando algunas obras "sospechosas" en Pozuelo para instalar estas cocinas y que, según le han transmitido los vecinos, están no cuentan con licencia. El Equipo de Gobierno no se pronunció acerca de esta circunstancia.
El PSOE se posicionó claramente en contra de la instalación de cocinas en zonas residencial, y afirmó que existe el peligro de que estas cocinas puedan "crecer como champiñones". La concejal socialistas Elena Moreno García pidió en su intervención que se reforzasen las inspecciones y las sanciones para detectar las posibles irregularidades que se puedan dar en estos neogcios, pero también expresó que en su partido no apuestan por la prohibición de las cocinas fantasma, sino por su regulación. Además, la concejal habló de la existencia de tres cocinas de estas características en nuestra ciudad: dos de ellas situadas en la zona de la Estación y otra en Pozuelo Pueblo.
La oposición a la moción
Carmen García Palomino, de Ciudadanos, se mostró sin embargo crítica con la moción, afirmando que el modelo de negocio de las cocinas ya está contemplado en el Plan General de Ordenación Urbana y que, por su naturaleza, encaja perfectamente en la categoría de usos industriales. La concejala afirmó que los grupos que apoyaban la moción se estaban "pasando de frenada" y que, en el fondo, pretendían entorpecer la implantación de un modelo solicitado por cada vez más usuarios.
Después de la defensa de Palomino, el concejal Francisco Melgarejo solo tuvo que rematar la jugada: también explicó que el modelo de negocio se encuadra en la categoría de Usos Industriales, y acusó a VOX de únicamente preocuparse por el asunto para presentar una moción al respecto. El edil popular también afirmó que el partido VOX solo pretendía generar preocupación entre los vecinos, pese a que existen medidas correctoras que ya aseguran la convivencia.
Por número de votos, se impuso la tesis del servicio ya regulado por la actual ordenanza, por lo que no se contempla la generación de nueva normativa al respecto en un futuro cercano.