Álvaro Martín Mendieta, con tan solo 24 años, ya almacena en su palmarés 5 récords Guinness. Actualmente, el de Rivas trata de confirmar su sexto con el talento de atar los cordones de playeras. Ha conseguido superar en cuatro ocasiones las mejores marcas temporales del mundo. El último récord fue golpear la pelota con la pala a una altura total de 14,86 metros de la red y que entrase.
El joven explicaba que “ya de niño, cuando lo veía por la tele, me atraía ver que alguien conseguía un Guinness. En la vida no me ha ido muy bien con los estudios. Y hace dos años, cuando preparé en el Guinness, me dije: igual esto sí se me da”. Señala también “que tu nombre figure en una placa del Guinness ya es mucho: la única persona del mundo que la tiene. Ahora me centro en todos los récords de las zapatillas, para tener las categorías de esa modalidad. Algún día me las quitarán, por supuesto, pero en algún momento yo las he batido todas”.
El primer título lo consiguió atando los cordones de 19 playeras a ciegas en un minuto. El segundo lo alzó al anudar en 11.32 segundos tres pares. El trío lo consiguió al poner un cordón a un zapato y atarlo en un tiempo de 15.51 segundos y, de esta forma, batía la marca de una británica, el cual estaba en 22.86 segundos. Esto mismo volvió a hacerlo, pero con dos zapatos en vez de uno, en el cual consiguió el cuarto récord con un tiempo de 31.96 segundos, superando de nuevo el que estaba vigente hasta ese momento (32 segundos). En cuanto al quinto, fue gracias al saque de tenis de mesa. Y, por último, el sexto, que se trataba de atar 15 playeras de espaldas en un minuto y él anudó 19.
El cinco veces récord Guinness espera el sexto y tratará de llegar a 10
Este está pendiente de ratificación del juez, ya que solo si dispones de 12 mil dólares, el árbitro se traslada al lugar para verificarlo. Sin embargo, el ripense no puede permitirse tal suma de dinero, por lo que ha optado por la vía lenta: grabarse desde distintas cámaras y enviar los archivos a la organización, y que puede tardar hasta tres meses en tener una respuesta.
Las filmaciones las ha hecho su círculo más cercano, como por ejemplo sus padres, su hermana, su cuñado, tres amigos o el presidente del Club Tenis de Mesa Rivas. En multitud de ocasiones ha utilizado las playeras del equipo y ha utilizado estas instalaciones, el pabellón del colegio público Las Cigüeñas, para llevar a cabo sus retos.
De pequeño ya apuntaba a ganar uno de estos títulos, puesto que con tres años conseguía hacer el cubo de Rubik en 12 segundos, pero acabó dejándolo: “Luego me cansé: había que aprender muchas cosas para bajar a 10 segundos y dije: ‘Déjame en paz’. Y dos años más tarde encontré el Guinness. Y, claro, cuando batí mi primer récord, la gente me preguntaba si era con el cubo Rubik”. Sin embargo, encontró su objetivo de los cordones gracias a un familiar, según relata: “Con 15 años, llevaba uno de cada color: azul y verde. Todo empezó por una conversación de WhatsApp con una familiar: compartió un meme de un padre atando zapatillas al hijo y cuando este se hace mayor se las ataba al abuelo. Y yo respondí enseñándole mi forma de atar los cordones. Me contestó sorprendida por mi celeridad: ‘Eres muy rápido, eso es un récord’. Le di vueltas durante muchos días, hasta que me acordé que existía el Guinness World Record. Y decidí buscar si había alguno de cordones”. Además de batir los antiguos registros, ha creado nuevos con otras modalidades.
Además, el joven relata que solo le dedica 10 minutos de entrenamiento y señala que “esperar la validación es lo más ingrato. Te puedes tirar tres meses sin respuesta”. Para batir el récord del tenis de mesa indica que “tardé doce semanas en prepararlo. Como vivimos en una urbanización de calles privadas, sacaba la mesa de tenis de mesa a la calle. Los vecinos me miraban extrañados. Qué hace ese golpeando la pelota a varios metros de la mesa. Y el mismo día que lo intento, lo consigo [en el pabellón del colegio Las Cigüeñas]. Tenía otros récords fichados en tenis de mesa, pero no me apetecía estar dándole a la bolita”. Además, sentencia que se jubilará cuando llegue al décimo Guinness.