Junto a Microsoft, Google y Apple, Amazon libra una carrera cada vez más reñida por llegar antes al billón de dólares de capitalización. El pasado julio, el gigante del comercio electrónico cerró las cuentas del segundo trimestre con un beneficio neto de 3.573 millones de euros, doce veces más alto que en el mismo periodo del pasado año. Sin embargo, pese a que Amazon es una de las empresas más innovadoras del panorama mundial y se ha convertido en una de las marcas más valiosas, no pasa por su mejor momento.

Sus trabajadores han salido a la calle para denunciar las condiciones laborales y los sindicatos han convocado huelgas en los centros logísticos de la multinacional, como el que está situado en San Fernando de Henares, con motivo del ‘Black Friday’ y, este diciembre, en el puente de la Constitución. Ahora, con las navidades a la vuelta de la esquina, vuelven a protagonizar paros parciales los días 15 y 30 de diciembre, y paros generales el 3 y 4 de enero, coincidiendo con los días de mayores ventas del año.

Diferentes representantes de sindicatos, a las puertas del centro logístico de Amazon, situado en San Fernando de Henares, durante el paro convocado para el Black Friday / Imagen: Amazon en Lucha

Pérdida de derechos

“Hemos tenido una pérdida importante de derechos (...). Con estos movimientos, lo que buscamos es que la empresa se siente a hablar con nosotros y actualice nuestras condiciones”, explica Douglas Harper, trabajador de Amazon y portavoz del sindicato Amazon en Lucha, al otro lado del teléfono. Y, en parte, lo han conseguido. “Esto es una carrera de fondo, llevamos ocho meses de conflicto y, con cada huelga, que hemos realizado, nuestras propuestas han ido mejorando ligeramente”, continúa. Aunque, “ni de lejos”, consiguen alcanzar las condiciones que han tenido los trabajadores con anterioridad. “Surge su efecto, pero el pulso es muy lento”, matiza. Sus quejas muestran a una empresa más centrada en las ganancias que en respetar las necesidades básicas de sus empleados.

Entre las principales demandas de los trabajadores, Douglas Harper tiene que claro que conseguir la garantía de una cláusula de revisión salarial anual o proteger las categorías profesionales existentes hasta la fecha son todavía los derechos laborales por conquistar. Pero, además, critican que ante la buena marcha de la multinacional, “Amazon opte por recortar derechos y abaratar costes”.

Pero no solo es una carrera de fondo, también de desgaste. “Después de todos estos meses, tenemos un desgaste económico, anímico, personal... Pero, si no continuamos, ¿qué alternativa nos queda?”, se pregunta. Sin embargo, no hay ninguna vía más allá del diálogo en el que la compañía insiste en que aplica a sus empleados y en las nuevas contrataciones los niveles salariales de los convenios regionales de logística, “con menos aumento salarial, menos cobertura por baja laboral y que llevaría a situaciones de discriminación salarial”, según relata Harper.

Los trabajadores de Amazon, durante la campaña 'Rodea Amazon' / Imagen: Amazon en Lucha