El deporte adaptado ha supuesto un elemento que ha estado presente en la mayoría de campus y pre-campus deportivos de Sanse a lo largo de todo el verano y, sin embargo, aun poniendo toda la atención, habría costado distinguirlo conscientemente. Porque de eso se trata: de integración.
Por ello, la alcaldía quiere brindarle el reconocimiento que se merece, para que todos los sanseros (y madrileños) sean conscientes de la gran labor que han desempeñado los campus municipales en materia de inclusión.
Evidentemente, si se habla de del deporte adaptado, hay que referenciar que la Fundación FDI ha hecho posible su desarrollo con sus técnicos especializados. De esta forma, un centenar de niños ha podido participar en estos campamentos gracias a la labor de los monitores, que han estado pendientes de sus necesidades para proporcionarles el apoyo necesario.
Esta otra cara de los campus también tiene como objetivo facilitar la conciliación
Así, a lo largo del verano, han acompañado a pequeños como Francisco, cuya ceguera no le ha impedido jugar al baloncesto. También, a niños y niñas con trastorno del espectro autista (TEA), satisfaciendo, en cada caso, las necesidades concretas de cada menor, ya que pueden llegar a ser muy variadas e, incluso, requerir acompañamiento personalizado, como en el caso de Arín, que eligió el campus de balonmano.
Y es que, con el apoyo imprescindible de los clubes deportivos de Sanse, esta otra cara de los campus también tiene como objetivo facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral durante las vacaciones de verano.
Además, la plena inclusión ha sido un objetivo prioritario. Independientemente de sus capacidades, estos pequeños sanseros han podido elegir un deporte, integrarse en un grupo y practicarlo con los demás. Por otro lado, al conseguirlo, los niños y niñas que han compartido sus juegos con ellos se han llevado de estos campus un aprendizaje vital que quedará grabado en sus memorias para la posteridad.