Según los últimos datos sobre reciclaje de envases, se puede concluir que los vecinos de Serranillos del Valle reciclan más y de una forma más efectiva. En 2022 se recogieron 126.140 kilos de esta clase de residuos, lo que supone un incremento del 7% en cuanto a desechos de esta categoría depositados con respecto al año anterior. Además, cabe destacar que durante el pasado mes de diciembre la media de impropios recogidos -restos que no se encontraban en el contenedor correcto- fue de un 34,2%, cifra que ha disminuido un 2% con respecto a 2021. Desde el Ayuntamiento señalan que esta mejora corresponde a "un aumento de la conciencia medioambiental de los ciudadanos", y esperan que la calidad del reciclaje "continúe también durante 2023", para "ser todo un ejemplo de concienciación".
El contenedor amarillo sirve para depositar bricks, latas de conserva o de bebida, botellas de plástico, papel film y de aluminio, aerosoles, botes de desodorante, chapas, tapas y tapones de metal o plástico, tapas de yogurt, bandejas de corcho blanco, tubos de pasta de dientes y envases de madera o de cerámica, entre otros. Por el contrario, es necesario subrayar que los juguetes de plástico, biberones y chupetes, y los utensilios de cocina y cubos de plástico deben ir al contenedor de restos. Otros materiales con los que también podemos dudar, y que por tanto no deben depositarse en el contenedor amarillo, son los siguientes: vasos de papel de cafeterías, papel plastificado usado en carnicerías y pescaderías, tupperwares, botes tipo Pringles, cápsulas de aluminio de café, moldes de silicona para cocinar, termos, cajas de CD’s y DVD’s, carcasas de vídeos de VHS y cintas de casete, monederos y carteras, bolígrafos, sacapuntas, mecheros, materiales de plástico de cuadros o fotografías, envases de los medicamentos o neceseres.
Hagamos que, este 2023, la calidad del reciclaje en Serranillos del Valle siga mejorando para ser todo un ejemplo de concienciación medioambiental
Ecoembes afirma que una mayoría del plástico PET se destina a lámina (embalajes para juguetes, aparatos electrónicos u otros productos), un porcentaje menor a fibra (moquetas o ropa) y la menor parte a fleje (precintos). Con seis bricks puede hacerse una caja de zapatos, 40 botellas de plástico pueden convertirse en un forro polar y 80 latas de bebidas pueden transformarse en una llanta de bicicleta; en esta línea, ocho botes de conserva pueden tener una segunda vida como olla de cocina, 22 botellas de plástico como una camiseta y 550 latas pueden ser una silla, entre otros ejemplos.