El Certamen de Coches Clásicos y Deportivos de la Sierra de Madrid cumplió con su rencuentro con el público expectante de descubrir verdaderas piezas de museo entre los más de 200 vehículos que de media participan en esta concentración, coincidente esta vez con el decimotercer aniversario del Club organizador, Clásicos de Valdemorillo. Tanto el albero de La Candelaria como el entorno de la propia plaza de toros quedaron convertidos en el aparcamiento donde estacionar por una horas esta infinidad de coches y motos, furgonetas y hasta el autobús matriculado en 1934 de la empresa Julián de Castro que tanto servicio prestó en la zona, haciéndose así merecedor del premio especial otorgado este año. Impecables todos, el paso del tiempo no ha dejado su huella en ellos, mostrando sus chasis bien cuidados, sus motores a punto y su capacidad para seguir rodando por el asfalto, presentándose casi como el primer día.
Y es que, en medio del gran ambiente que siempre genera este tipo de concentraciones, la convocatoria de este 2024 ha vuelto a registrar una alta participación, tanto de vehículos como de los centenares de personas que se han paseado entre los automóviles y motos que han conformado una extraordinaria exposición. Con ello, el Certamen alcanzó su objetivo a la hora de a fomentar y acercar la afición por el automovilismo, reuniendo una gran variedad de marcas y modelos, abarcando buena parte de la historia de la automoción. Algunos ofreciendo una imagen más familiar, otros resultando realmente únicos.
Relación de premiados
Tras la bendición de los vehículos, y ya como broche a esta multitudinaria concentración, se procedió a la tradicional entrega de trofeos, para la que se contó con el alcalde, Santiago Villena, quien agradeció y felicitó a Camarero el gran trabajo realizado en la organización del evento, la propia concejal del área, Eva Ruiz, y los también concejales del gobierno municipal, Jorge Mirat, que entre sus competencias ostenta la concejalía de Movilidad, y Marco Sierra. Entre los premiados, en coches el trofeo al mejor restaurado fue para un Cadillac El Dorado, mientras que el mejor conservado recayó en un Corvette C2 Sting Ray descapotable. En cuanto al más elegante, el reconocimiento fue para un Imperial Le Varon de 1963, y completando este listado de premios, el ganado por un Ford A de 1929, como el más antiguo entre los reunidos este año.
En cuanto a las motos, una Bultaco Matador fue esta vez la merecedora del galardón a la mejor restaurada, recayendo en una Sanglas 350 el premio a la mejor conservada y el de la más elegante en una Montesa Impala, entregándose finalmente el de más antigua a una Harley Davison. Sobre la base de este palmarés, Valdemorillo vuelve ya a poner rumbo a la siguiente edición de los Clásicos.