Con la llegada de la época estival, el Área de Salud del Ayuntamiento de Valdemoro pone en marcha el programa de vigilancia y control de piscinas comunitarias, con el objetivo de reducir riesgos de accidentes y posibles enfermedades asociadas a su uso y disfrute. La legislación que regula los requisitos técnico-sanitarios que deben cumplir estas instalaciones acuáticas de las comunidades de propietarios es el Real Decreto 742/2013, de 27 de septiembre y el decreto autonómico 80/1998, de 14 de mayo.
Quienes tengan la titularidad de alguna de las 139 piscinas de uso privado de las urbanizaciones o bloques de viviendas, deberán presentar 10 días antes de su apertura la siguiente documentación: la comunicación previa de reapertura de la piscina de verano firmada por el presidente o representante legal (que deberá acreditar dicha representación), la declaración responsable, el análisis físico-químico y microbiológico del agua de cada uno de los vasos, el certificado de tratamiento de desratización, desinsectación y desinfección, así como el NIF del presidente de la comunidad de vecinos.
Quienes tengan la titularidad de alguna de las 139 piscinas, deberán presentar 10 días antes de su apertura la documentación
Durante toda la temporada estival, las piscinas deberán tener a disposición de la inspección sanitaria, entre otros documentos, contrato de los socorristas y del médico o enfermero (si procede), ficha técnica de los productos químicos que se vayan a utilizar y el libro de registro sanitario de piscinas (se puede descargar en www.madrid.org). Además, es obligatorio que las comunidades de 30 viviendas en adelante, presenten antes del 10 de agosto un segundo análisis físico-químico y microbiológico del agua de todos los vasos. En el caso de piscinas públicas de agrupaciones deportivas u otros colectivos, el trámite será mensual (antes del día 15 de cada mes).
Los trámites se realizarán de manera presencial en cualquier punto de Registro oficial del Ayuntamiento de Valdemoro, o a través del Registro Electrónico (con Cl@ve o certificado digital).
Todo este control exhaustivo se debe a que, tal y como asegura 'CuídatePlus', las principales afecciones que se pueden sufrir en una piscina pública son diarreas, otitis, conjuntivitis, irritaciones respiratorias, dermatitis y pie de atleta. Esto, en parte, se debe al mal mantenimiento del entorno y la escasa salubridad del agua, por lo que es sumamente importante realizar inspecciones periódicas y cerciorarse de que todos los parámetros son correctos. A ello, además, se le une el riesgo de sufrir un accidente, por ejemplo, por el estado en el que se encuentren las instalaciones.