La Comunidad de Madrid financiará la restauración de la fachada de la antigua Casa Capellanes, un edificio de dos plantas ubicado en una de las esquinas del conjunto arquitectónico del convento de las Clarisas de Valdemoro. Los trabajos se financiarán con cargo a los dos millones de euros que el Gobierno regional dedicará en 2023 a la conservación y restauración del patrimonio histórico-artístico de la iglesia en la región, merced al convenio suscrito entre el Obispado de Madrid y la Comunidad.
La restauración afecta a la fachada de las dos plantas de la Casa Capellanes que ocupa la esquina Noreste del convento, en el encuentro entre la plaza de las Monjas y la calle Duque de Lerma. Las obras consistirán en la eliminación de todos los elementos ajenos o en mal estado la reconducción del cableado, la restitución de los huecos originales de las ventanas y la completa rehabilitación de los paramentos exteriores, reproduciendo el aspecto original del edificio.
El convento de las Clarisas de Valdemoro, una de las joyas del patrimonio histórico de la localidad, fue declarado en 2016 por la Comunidad de Madrid, a petición del Consistorio, Bien de Interés Cultural (BIC). En su conjunto, se han llevado a cabo múltiples trabajos de restauración que han afectado a diferentes dependencias, incluyendo el claustro y la sacristía, así como la fachada exterior de la nave de la iglesia del convento.
Fue construido por iniciativa del Duque de Lerma, señor de Valdemoro, e inaugurado el 19 de mayo de 1616 con grandes festejos en los que participaron los reyes Felipe III y Doña María de Austria, el Duque de Lerma y el arzobispo de Toledo.
Considerado uno de los ejemplos más notables de la arquitectura barroca madrileña, su diseño recuerda al que llevó a cabo Gómez de Mora para el Convento de la Encarnación de Madrid. La entrada a la Iglesia está rematada con la escultura de Santa Clara, flanqueada por el escudo del Ducado de Lerma y el Ducado de Medinaceli, perteneciente a Catalina de la Cerda, esposa del Duque de Lerma.
El elemento más interesante del conjunto arquitectónico es la iglesia, integrada en el ala norte del edificio monacal. Su planta es de cruz latina con una sola nave, cúpula sobre el crucero y coro alto a los pies con reja de clausura. Dentro de ella merece destacar el retablo mayor, decorado con dos pinturas realizadas en óleo sobre lienzo: La Encarnación, motivo principal, y El Calvario, en el ático; ambas atribuidas a la escuela madrileña del primer tercio del siglo XVII.