El Coliseo de la Cultura acoge, hasta el próximo 8 de abril, la exposición de Francisco Manuel Guijarro: Los caprichos de Goya . Asnerías, amores, duendes y brujerías. Los 80 grabados del pintor español Francisco de Goya representan una sátira de la sociedad española de finales del siglo XVIII, utilizando para ello la exageración y lo monstruoso como esquema recurrente. Para realizar esta labor, aprendió la técnica de los aguafuertes y aguatinta, haciendo copias de algunas de las obras maestras de Velázquez, y consiguiendo así, en breve tiempo, una técnica comparada a la de Rubens y Van Gogh.
"No se trata, pues, de estampas ideadas para decorar; su objetivo es la crítica de todo lo vil y grotesco presente en la nobleza, la aristocracia, el clero, y la sociedad en general, instituciones en las que Goya ve los mismos monstruos que pinta".
Su objetivo es la crítica de todo lo vil y grotesco presente en la nobleza, la aristocracia, el clero, y la sociedad en general, instituciones en las que Goya ve los mismos monstruos que pinta.
El artista nació en Zaragoza en 1944, aunque gran parte de su vida ha transcurrido en Madrid. Desde su niñez, el entorno familiar ha sido el germen para su dedicación posterior tanto a la música como a la pintura. Ha compaginado esta formación, a lo largo de los años, con su trabajo de gestor en distintas empresas. Es titulado Superior en la Especialidad de Composición y Piano por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Su evolución pictórica, de aprendizaje autodidacta, ha sido muy variada. Ha albergado distintos estilos como el figurativo, abstracto o surrealista, sin identificarse especialmente con ninguno.
"Supone una interpretación colorista de la serie completa de los Caprichos de Goya , casi como un ejercicio de homenaje desde una perspectiva distinta; nada mas contrapuesto al sentido conceptual de la técnica del grabado que el color." La muestra se podrá visitar hasta el próximo 8 de abril, de lunes a sábado, en horario de 17 a 20 horas.