MENÚ

Nació en Colmenar Viejo y estudió en La Universidad Autónoma de Madrid, pero trabaja al otro lado del Océano, en la Universidad de Berkley, California. Sin embargo, ha sido Colmenar, su pueblo natal quien le ha dado uno de los mejores premios de su carrera al convertirla en Hija Predilecta y darle una calle con su nombre a Evangelina Nogales de la Morena.

Cuando la entrevistamos se muestra orgullosa de este reconocimiento, no solo porque su madre, que todavía vive en Colmenar, es un premio que puede entender y del que puede presumir si no porque ha sido reconocida la ciencia. "Que este tipo de honor se dé a la ciencia y a una científica en particular pues también tiene mucho significado para mí, no es lo que ocurre de forma más corriente", confiesa Evangelina, "el hecho de que se haya dado a una científica me parece muy significativo".

Cuando le preguntamos por qué trabaja en Estados Unidos la respuesta es clara: siempre ha habido mayores oportunidades. Y aunque reconoce que en España también hay muchos profesionales dedicados a la ciencia puntera, explica que aquí siempre es más complicado sacar los proyectos adelante.

En California se ha especializado en la Criomicroscopía Electrónica, una forma de conocer la composición minúscula de las células haciendo uso de los electrones en vez de la luz, aunque ahora ha pasado a formar parte de un grupo de trabajo que quiere aprender a detectar y frenar otras posibles pandemias.

Hablando de la pandemia, Evangelina espera que el papel de la ciencia no caiga en el olvido para la población pues, como ella misma explica, el trabajo tan rápido que se ha podido hacer para frenar al coronavirus, ha sido gracias a las muchas investigaciones anteriores que han permitido avanzar más rápido.

"Espero que la población lo haya captado y que no se olviden, que cuando pase la pandemia no lo olviden y que sean conscientes de que la ciencia no reacciona en meses sino que esto llevaba muchos, muchos años de trabajo y los científicos se han centrado y han utilizado todo lo que tenían a sus espaldas", cuenta la científica colmenareña antes de sentenciar, "la ciencia es un proyecto a muy largo plazo".

Evangelina es científico, pero también es mujer, un hito que espera que se repita cada vez más, sobre todo porque piensa que las mujeres tienen una forma diferente de pensar y eso hacer que la ciencia sea mucho más diversa.

"Hacer ciencia con gente que piensa de manera muy diversa es lo mejor. Yo creo que las mujeres tienen una forma diferente de enfrentarse a los problemas", además está orgullosa de que se dé voz a sus palabras pues cree que eso va a ayudar a que muchas niñas o chicas valoren dedicarse a la ciencia como hizo ella, "esto es algo que se retroalimenta porque cuantas más mujeres hay en ciencia, más referentes hay para las chicas jóvenes de ver a alguien que les representa y con quien pueden identificarse".