Este vehículo 100% eléctrico, de cero emisiones contaminantes y de tipo urbano clase I, tiene una longitud de ocho metros. Dispone de una capacidad máxima de 52 pasajeros (34 de pie y 18 sentados) y las recargas de la batería se efectúan durante las noches.

La prueba evaluará las prestaciones de este vehículo frente a la flota propulsada por diésel, comprobando su autonomía real, su fiabilidad y disponibilidad. Al tratarse de una experiencia piloto, el vehículo no transportará viajeros, pero se lastrará el vehículo con aproximadamente 1.600 kilos de peso para simular la carga.

El estudio también permitirá comprobar si el vehículo es capaz de cumplir con los horarios establecidos con, al menos, las mismas prestaciones que los vehículos dotados de otras tecnologías.