Fátima y Rabia llevan desde 2018 luchando contra el desalojo de su vivienda en la calle Isabel la Católica de Móstoles. La familia, integrada por las dos hermanas y la hija de una de ellas con dos nietos menores, de 3 y 2 años, han sufrido el desalojo a pesar de contar con el apoyo de los vecinos de la localidad y de la plataforma Stop Desahucios.
La familia vivía en régimen de alquiler de dicha vivienda, cumpliendo con el pago de manera estricta durante años; sin embargo, la crisis del coronavirus había colocado a las hermanas en una situación en la que no podían seguir haciendo frente a los gastos. Los vecinos y representantes de la plataforma ya habían realizado tres intentos paralizadores en el desalojo de la familia, que finalmente no han logrado impedir el desamparo de las hermanas.
Tras tres intentos paralizadores, el futuro de la familia se encuentra en manos del Ayuntamiento, que asume la responsabilidad de garantizarles una vivienda digna
El portavoz de la plataforma Stop Desahucios, José María Torralbo, explica que la propiedad del inmueble pertenece a un particular, por lo que la asociación no puede llevar más lejos su actuación. Sin embargo, vecinos y representantes de la plataforma se congregaban nuevamente a primera hora de la mañana para impedir el desahucio. Una vez ejecutado el desalojo, continuaban la lucha en las puertas del Consistorio, exigiendo una reunión con representantes municipales para reclamar una solución.
Finalmente, el Ayuntamiento se ha comprometido a ser el responsable en garantizar una vivienda digna a la familia proporcionándoles una ayuda de emergencia para una semana de alojamiento en un hostal, mientras las hermanas buscan alternativas habitacionales.
Un caso perdido por parte de la asociación que finalmente deja en desamparo temporal a dos hermanas que llevaban luchando desde años por su derecho fundamental a una vivienda digna; mostrando, la importancia que tiene la conciencia ciudadana por evitar que existan familias en estas situaciones de vulnerabilidad extrema, que, de un día para otro, se encuentran en la calle.